Las piscinas de arena se han convertido en una tendencia imposible de ignorar, gracias a las muchas ventajas que presentan. Si lo que quieres es tener una playa en el jardín de tu propia casa, es probable que entonces quieras saber más al respecto.
Para muchas personas, visitar la playa es uno de los más grandes placeres en la vida y el paseo ideal para relajarse en unas soñadas vacaciones. Claro está, no siempre es posible hacerlo y, a veces, no hay más que contentarse con lo que se tiene en casa. Pero, ¿quién dice que no puedes tener tu propia playa dentro del terreno de tu hogar? En este artículo te contaremos todo acerca de las piscinas de arena, y por qué contratar a una empresa profesional para poder contar con una en cualquier época del año es una gran idea.
Una playa en tu hogar
Tener una piscina de arena es una forma de recrear el encanto de la playa en tu propio hogar. Le da un aspecto elegante al jardín, además de que te brinda la posibilidad de disponer de una vista agradable durante todo el año, ya que si le dedicas ciertos cuidados puedes tenerla en perfecto estado, más allá del clima. Se trata de un tipo de construcción relativamente nueva, que con el paso del tiempo se ha ido modernizando gracias a la utilización de determinados materiales que colaboran a la hora de recrear el aspecto de la playa, con la practicidad de una piscina funcional. Por supuesto, lo más recomendado si quieres tener una en tu vivienda, es contratar empresas de piscinas de arena, especialmente dedicadas a la instalación de este tipo de estructuras.
Al contratar a una empresa con años de experiencia en esta área, podrás asegurarte de que la instalación sea de calidad y se encuentre realizada bajo los parámetros de seguridad necesarios. Además, un equipo de profesionales podrá identificar con mucha mayor facilidad qué materiales tiene que emplear, y de qué modo, reconociendo también las características del terreno en el cual se va a llevar a cabo la instalación, ya que cada jardín es distinto y puede presentar determinados desafíos.
Aunque a simple vista parezca nada más y nada menos que una pequeña playa en tu patio, la instalación de este tipo de piscinas supone un procedimiento que debe ser cuidadoso, en el que intervienen pasos muy importantes.
Tipos de piscinas de arena
Otro de los factores que debes tener en cuenta si decides instalar una piscina de arena en tu jardín, es el hecho de que hay distintos estilos de entre los que puedes elegir. Cada uno de ellos supone la utilización de materiales distintos, además de toda una planificación más o menos compleja que los constructores deben seguir.
Algunos tipos de piscinas pueden ser adecuados para determinados tipos de casa o de terreno, por lo que en este sentido, es muy posible que el equipo de profesionales a cargo de la labor te asesore al respecto, con el objetivo de elegir el tipo que más se adapte a tu jardín en particular.
En sí mismas, las piscinas de arena son la opción ideal para aquellos amantes de los espacios naturales, porque buscan emular ese tipo de atmósfera, muchas veces incluyendo elementos naturales como la misma arena o ciertas piedras. De todos modos, a la hora de escoger, puedes optar entre piscinas de lujo, naturales o de cascada. Estas últimas son perfectas para generar un espacio de relajación en el cual puedas descansar.
En el caso de las piscinas naturales, también contarás con un espacio sostenible y ecológico en tu propio hogar. Por otra parte, y aunque es importante que sepas que el revestimiento puede llegar a combinar la utilización de distintos materiales, las piscinas de arena tienen una consistencia y textura muy particulares.
En primer lugar, son antideslizantes, lo cual resulta elemental para evitar resbalones, un mal muy común en espacios de piscina que puede resultar un verdadero problema al no tener el debido cuidado. En este caso, no es necesario que te preocupes por eso, porque tanto en estado seco como mojado, el revestimiento de estas piscinas está diseñado para evitar caídas. Esta característica las convierte en la opción perfecta en una vivienda en la que viven niños.
Por otra parte, las piscinas de arena (o, mejor dicho, su revestimiento) evita el sobrecalentamiento, es decir, no sufrirás quemaduras al reposar tus pies sobre la superficie durante los días de mucho calor.
Como si fuera poco, la temperatura del agua suele mantenerse unos grados más arriba que el agua de las piscinas comunes. Esto significa que podrás disfrutar de un baño más que agradable, sin sufrir ese frío que muchas veces sientes al entrar por primera vez en una piscina convencional o en el mar.
Su construcción también las hace más higiénicas, ya que el proceso de limpieza no es dificultoso y no hace falta que las cubras durante el período invernal. De todas formas, sí es importante tener en cuenta que necesitan de cierto mantenimiento, para evitar que fragmentos de suciedad se acumulen en el fondo, se arruine el material o se despegue el revestimiento.
Posibilidad de diseños
Recuerda que, además, con una piscina de arena tienes múltiples opciones a la hora de diseñar, pudiendo elegir hasta el color de la arena que se usará como revestimiento. Claro que, ante cualquier duda, tendrás que consultar con los profesionales de la empresa que se ocupan de hacer el trabajo, ya que ellos podrán asesorarte de la mejor manera e incluso sugerirte ideas que tal vez ni siquiera habías considerado como alternativa.
Por lo general, y una de las mayores ventajas de las piscinas de arena, es que pueden ser instaladas en prácticamente cualquier tipo de terreno, más allá de su tamaño o irregularidad. Los profesionales se encargarán de evaluar el terreno de tu jardín, y adecuarlo para que, al momento de la instalación, no surja ningún inconveniente.
Así, ya sea que tengas un gran jardín o uno más bien pequeño, podrás contar con tu propia playa privada con tan sólo salir de tu casa. Verás que, con el tiempo, te acostumbras a las vistas y al hecho de tener un espacio de ensueño en tu propio hogar, sin tener que salir en coche o pagar un pasaje a tu próximo destino.
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