No hay empresas iguales, existen una serie de variables que hacen que cada organización sea única, y toda empresa tiene unos elementos claves que hacen que su operatividad sea eficiente, siendo uno de éstos indudablemente, un software a medida, que se ajuste a sus particularidades.

Software a medida
Invertir en un programa personalizado es pensar en el crecimiento de la empresa y que su operatividad sea eficiente. Cada organización tiene sus particularidades y un flujo de trabajo con sus variables especiales, por lo que un software a medida optimizará de mejor manera los procesos.

Un software en serie o genérico no es suficiente, o no va a optimizar adecuadamente el funcionamiento de la empresa, se necesita un programa que sea capaz de adaptarse a aspectos muy particulares de cada empresa como la administración y facturación, cotizaciones, sistema de gestión de clientes, sistemas de recursos humanos, nómina, control de stocks y puntos de venta, en fin, todo lo relacionado con automatización de procesos y la logística. Puede hasta incluir detección y estudio de oportunidades de negocio.

Los beneficios son muchos

Bien sea una solución global, que incluya todos los aspectos, algo que siempre es ideal, o una función muy específica relacionada con una determinada área, lo más recomendable es un software a medida que aportará múltiples beneficios porque facilitará tareas, agiliza procesos y aporta un valor agregado, que viene dado por la percepción de eficiencia que el cliente tendrá de la empresa.

Este software a medida se diseñará en función del flujo de trabajo y las peculiaridades de cada empresa. Debe ser flexible en cuanto a su personalización, es decir, podrá adaptarse a los cambios en la dinámica productiva que generalmente se van dando, lo que no es posible hacer si el software que se utiliza es genérico o en serie, cuyas aplicaciones quedan obsoletas en un tiempo muy corto.

Invertir en un software personalizado es invertir en eficiencia, viene siendo la base tecnológica de las empresas modernas, porque no solo se trata de agilizar procesos, sino de hacer crecer el rendimiento y el alcance de la empresa. Un software de calidad podrá contar con un registro de usuarios, con el que generar una base de datos, que permitirá saber cuántos clientes tiene, definiendo su perfil y su historial de compra, lo que podrá ser de utilidad para la relación cliente-empresa y facilitará su fidelización con la marca.

La importancia de un desarrollador

La funcionalidad de un software a la medida se pierde de vista así que tomar la determinación es lo más indicado. Una vez decidido, buscar un experto en desarrollo de software es vital para que el producto digital sea un éxito, de nada sirve que la idea inicial sea buena si no se ejecuta debidamente.

Es importante contar con un desarrollador que pueda interpretar, canalizar y unificar todas las necesidades de la empresa, con el fin de crear un software de calidad. Uno de estos es Vidal Herrero, cuyos servicios se pueden contactar a través del sitio vidalherrero.com.

Este ingeniero de software, con 18 años de trayectoria, se encarga de adentrar a las empresas en el mundo digital, con el objetivo de vender más y mejor. Aparte de desarrollar software a medida, presta servicios de diseño web, márketing digital y e-commerce, que también son elementos clave para mejorar la visibilidad de una empresa, con el fin de aumentar la rentabilidad.

Son varios aspectos a considerar en el momento de decidirse por un desarrollador, uno de ellos serían sus años de experiencia, así como los trabajos que ha realizado; que sepa escuchar y entender las necesidades de la empresa, y que sea capaz de brindar un soporte técnico eficaz para garantizar la eficiencia en la ejecución del programa y sus aplicaciones, así como que se ocupe del mantenimiento y proponga mejoras a medida que se vaya poniendo en marcha.

Una recomendación importante es no dejarse llevar por desarrolladores tan solo porque ofrecen sus servicios a bajo coste, luego lo barato sale caro. Es fundamental recordar que un software a medida es una inversión que beneficiará a la empresa, siendo un buen punto de partida considerar un tope en el presupuesto para ello, pero sin que sea el único parámetro a considerar.